La Muerte me sobrepasa
La Muerte me sobrepasa y me dice:
- ¿ Que tal ?
La Muerte me sobrepasa y dice:
- ¡Mamón!
Hoy no es el mejor día y éste no es el mejor año.
La Muerte viene y me dice:
- No soy una calavera.
La Muerte viene y me dice:
- ¡ Que mustio estás ¡ Día Internacional de la Tristeza, (y eso que aún no es Primavera) Uy! Comandas Salgari Animós!
No entiendo muy bien lo último.
La Muerte viene y me dice:
- Maestro del Pucherete! Pajarito de ojos tristes y color caoba! Ni siego nunca ni nunca he segado, sino que duermo en tí como animal vigilado, como fresas de atardecer dulcemente mordidas. Atiéndeme, atiendeme : mi divisa de tabaco y oro te muestra como soy: un sonriente ser, dispuesto a entregarte a tí y a los que, como tú, se adormecen en las ramas de un árbol aburrido, al Sol del Mediodía. Que chichan las chicharras y el aire se detiene un instante entre las hojas. Compréndeme idiota, pues no he de darte miedo.
Atiéndeme, atiéndeme: soy ese momento delicioso en que las cosas se desvanecen y son tragadas por el Reloj lleno de de arena de desierto. Soy ese momento en el que el Embudo y la Tuerca dan otra vuelta de regocijo y los pensamientos se hunden bajo espuma caliente de mar. Y tú serás como una moneda brillante de cinco pesetas , como un pececito plateado arrojado sobre la arena boqueando fuera del agua, que busca, busca y busca el aire que le rodea y que no puede tragar.
Madre, Padre y Mano se reúnen bajo una sombrilla a las doce a hablar sobre tí. El sol se filtra a través de la tela y esa luz que entrega tonos dorados a quien bajo ella se cobija alumbra a la Mano, al Padre y a la Madre en sus palabras.
No hay razón para alarmarse.
La Muerte me sobrepasa y me dice:
La Muerte me sobrepasa y me dice:
- Eres tan chico.
7 Comments:
Dispuesta a hacer mi primera intervención, entro y me encuentro esto. No se que decir... ¿cenaste mal ayer y has tenido un sueño?. La muerte, la mayoría del tiempo, es una hija de puta.
Quiero un contrablog, ya!!
Besitos.
Cené mal una noche de noviembre de 1997 y salió esto.
Si, se ha descubierto mi secreto: no soy capaz de producir nada, vivo de las rentas de la época en que no tenía obligaciones pero sí 90,000.-calas en los bolsillos tos los meses.
Lo cierto es que la muerte es una ijaputa, sí, pero nos lo parece por el apego desmesurado a la carne querida que tenemos como mamíferos espléndidos que somos. Ese instinto alojado en el bulbo raquídeo funciona a la perfección.
Ayer estuve en un funeral y me convencí de que la muerte es tránsito, sólo eso, cambio y transustanciación, pero ahí está nuestra herencia haciéndonos llorar y lamentar, suspirar por los abrazos perdidos y no dados.
Es bueno llorar, la verdad, porque limpia y redime, pero los que ya no están, viven en nosotros, o al menos deben vivir, debemos llegar a ése convencimiento, creo, pues llena y enriquece, y es preferible siempre a las lamentaciones.
Es fácil decirlo ahora cuando he perdido a los que naturalmente habíanme de preceder y quedan en mí los rescoldos del cariño que me dieron.
Lo que no sé ciertamente es como reaccionaría por la pérdida de quienes les queda aún por disfrutar puestas de sol, besos, vino, cristalitos verdes y ámbar en la playa y arena en los libros.
Mi condición mamífera me haría hundirme y no levantar cabeza en la vida. De eso estoy seguro.
Los días pares soy asín y los impares, pos también.
Es muy bonita esa idea tuya del tránsito, y tienes mucha razón. Sería liberador pensar así. Pero es cierto que cada uno es como es.
Cuando cada día de tu vida te levantas con la muerte como primer pensamiento y te acuestas cada noche dando gracias por un día más, la señora de la guadaña no es una idea romántica sino un nudo doloroso y permanente que, a veces, te impide respirar para recordarte que sigue ahí, a tu lado, para darte la sorpresa en cuanto te relajes.
Cuando la visión más clara de la muerte es un ser amado con tubos saliendo de sus entrañas y cicatrices en el cuerpo y en el alma; cuando sientes tanto miedo y tanto dolor que crees de verdad que el universo entero debería detenerse para sentir tu dolor y tu miedo durante un solo segundo, entonces la muerte es una hija de puta que no conoce la misericordia ni da tregua. Entonces no sirve de consuelo saber que vivirán en ti los que se vayan antes.
Pero tienes razón. De nada sirve lamentarse, funciona mejor tragar saliva y seguir. Supongo que cuando todo pase, la muerte significará descanso.
Un beso.
Siento haber entrado un poco borde.
HAs dicho verdad, y absoluta. Sólo que el traje se presenta con distintas costuras y dobleces cada vez, y simepre distinto para cada uno.
En fin, que no se aprende nada en cada entrega de alma a la que asiste uno, pues la siguiente será diferente. Por completo.
El lunes, más sobre este tema.
Buen fin de semana
Hermoso poema postrero, al fin y al cabo no dejamos de ser niños. Por cada escalón que damos, siempre hay otro más que andar. UN abrazo... gracias por este otro rincón al que he tardado en entrar... tienes una gran familia.
UN saludo, DR J.
Gracias, Dr.! es un honor para mí que pases por éste cuarto encendido de los que me arrebatan el corazón.
abrazos!
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